Sinopsis:
Dios, cuando nos confesamos, nos comprende y nos da un cariñoso cachete para que entendamos que nos quiere como somos. "Hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan penitencia", dice Jesús en el Evangelio. Cuando nos confesamos, Dios se alegra porque es nuestro Padre y nosotros sus hijos.