Desde el primer momento como Papa electo, u obispo de Roma, apelativo que él mismo prefiere, el hasta hace poco cardenal Jorge Mario Bergoglio dio señales claras al mundo de los cambios que traerá su pontificado. La misma elección del nombre de Francisco nos indica su prioridad por ser como Francisco de Asís, el santo que vivió en la pobreza y que consagró su vida a los más desamparados. Su manera directa y espontánea de romper el protocolo y acercarse a la gente, su sencillez, que destaca en un Vaticano cargado de símbolos de pompa mundana y riqueza material y, entre otras cosas, la petición al clero de llevar una vida irreprochable hace que toda la sociedad tenga depositada una gran esperanza y confianza en esta nueva etapa que se inicia ahora. A través de sus propias palabras, sus ideas y los recuerdos más personales del papa Francisco, Andrea Tornielli, uno de los vaticanistas más prestigiosos en la actualidad, nos presenta el retrato de este jesuita argentino que gobernará una Iglesia dividida y que está llamado a ser el artífice de una importantísima transformación que sin duda cambiará el siglo XXI.